Lactancia feliz

junio 08, 2019

Lactancia feliz

No destetes pensando en dormir toda la noche.
No destetes pensando que tu hijo/a va a comer más.
No destetes a tu hijo/a para hacerlo “menos apegado”, “menos tímido”, “menos inseguro”.
No destetes porque tu pareja quiere, porque tu mamá y tu suegra insisten “¿hasta cuándo?”, porque la/el pediatra ya te lo dijo mil veces.
El destete no es garantía de nada, excepto de que no habrá más lactancia.

El sueño va a mejorar de forma progresiva, requiere de comprensión y mucha, muuucha paciencia.
La alimentación pasa por etapas, pero por regla general la lactancia no altera el apetito. Después de todo, la leche materna es mucho más que alimento y tu hijo/a no siempre va a mamar por hambre.
La lactancia (mal llamada) prolongada no causa inseguridad. Inseguridad causa retirar lo que más necesita de forma abrupta, cuando no es momento.
Tu hijo/a no va a ser dependiente por tomar teta. Y la timidez, en todo caso, es un rasgo de personalidad, que nada que ver con la lactancia. 
Descubrir el mundo tiene de esas cosas también... es imperioso respetar el tiempo de nuestros hijos/as también en el aspecto social.

El destete no mejora la vida sexual ni las parejas se rompen por dar la teta. Todo tiene su tiempo y lugar. Y, sí, un día tu hijo/a no va a mamar más y va a dormir en su cuarto (si así lo desean) o en la casa de los abuelos. Y créanme, ese día llega más rápido de lo que ustedes piensan.

Desteta sólo porque sientes que llegó la hora. Sea por agotamiento o impulsada por el sentimiento de haber cumplido una etapa. Cada mujer sabe. Por supuesto, siempre considerando las necesidades y los tiempos de nuestros hijos y sin olvidar que la leche materna es oro líquido el mejor y más completo alimento del mundo y que nuestros hijos se benefician de él, incluso con el paso de años.
Y vamos a apoyarnos, a no juzgarnos, a abrazarnos y a entender que los tiempos del mundo no siempre son los propios.


Feliz lactancia y feliz destete si ya estás en ese camino.

Texto: Celes Marino/ Doula